Uso y conservación

Para limpiar sus calzados de cuero, le recomendamos utilizar un paño húmedo y jabón neutro, evitando sumergirlos en el agua o lavarlos en la lavadora. Si sus calzados se mojan por cualquier motivo, déjelos secar naturalmente a la sombra, en una superficie plana y horizontal. Evite exponerlos directamente al sol, ya que esto puede dañar el cuero. Nunca acelere el secado con secadores, estufas, hornos o detrás del refrigerador, pues el contacto con altas temperaturas puede afectar algunos componentes de los calzados.

Nuestros calzados, independientemente del material, absorben y eliminan el sudor de los pies. Para que se libere este sudor, deje que el zapato "descanse" en un entorno fresco y ventilado. Por lo tanto, evite utilizar el mismo calzado todos los días. Esto aumenta la durabilidad, evita manchas y también previene el surgimiento de mal olor.

Guarde sus zapatos en un lugar cerrado. La exposición al sol puede dañar la parte externa y causar el amarilleamiento de las suelas blancas.

Es importante airear las plantillas. Sáquelas de los zapatos para eliminar el mal olor y, si esto no es suficiente, aplique un poco de bicarbonato de sodio.

Antes de lustrar sus calzados, use un cepillo de cerdas blandas, una esponja lisa o uno paño humedecido con agua para remover el polvo y la tierra que pueden manchar el cuero. Al aplicar la grasa, haga una prueba preliminar en una área menos visible para asegurar la compatibilidad con el material del calzado.

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